Si yo fuese el alcalde de NYC, haría lo siguiente: esparciría estratégicamente unos cinco mil altavoces por todo Manhattan, micoraltavoces, pequeños, pero potentísimos. Escondidos debajo de las papeleras públicas o en los semáforos o en los bordillos de las aceras o en los carteles urbanos. Y a las siete de la mañana haría que Elvis sonase en todo NYC con millones de decibelios. Hay que ir preparando, como todos los años, los himnos y las ceremonias para el 16 de agosto. Miles de millones de decibelios, y la voz de Elvis, dueña del mundo, mandando esa voz, con autoridad bíblica, a Michael Jackson al lugar que le corresponde. Qué espectáculo, tío. Qué bien. Qué buena idea la del alcalde de Nueva York. Había pensado matarme el 15 de agosto, pero vista la idea del alcalde de NYC, me quedaré entre vosotros hasta el 17, y luego me largo.
sábado, 25 de julio de 2009
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2 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo. ¡Paso al Rey!
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