viernes, 17 de julio de 2009

ESTA ES MI SANGRE


Compré mi sangre en el aeropuerto de Frankfurt, de regreso de Caracas. En los aeropuertos mi sangre es más cheap. Kenzo me da la life.
Venezuela arrasará en breve tiempo. Se llevará al mundo por delante.
El día que me fui de Caracas había nubes densas colgadas desde las montañas. Estaba en la Plaza de Altamira contemplando el raro milagro: era como si las montañas caraqueñas se pusieran unas bragas blancas, muy sexis. En la Plaza de Altamira había tiendas de electrodomésticos. Predomina el electrodoméstico de origen estadounidense: grande y supersónico. Vi unas lavadoras que me entusiasmaron: se podía lavar tantas cosas allí adentro. Me apasionan los electrodomésticos. El mundo es lujuria y explotación. En los bares caraqueños vi inopinadamente muchas fotos de Elvis decorando las paredes. Creí que eso ocurría en mi honor. Creí que poder ver las nubes sobre las montañas caraqueñas también era un honor. Así se llamará mi nuevo book of poems: HONOR.
Pero tío cuando vi a Elvis en las paredes de los bares caraqueños, ya sabes: HONOR Y LUJURIA. O mucho mejor aún: SOMBRA Y CENIZA. O todavía mejor: REVOLUCIÓN O MUERTE.

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