sábado, 8 de septiembre de 2007

Madeleine desaparecida. Decálogo.


1.- Kate MacCann es una mujer muy hermosa: es lo primero que un hombre de bien debe decir ante esa señora. Su hermosura es de las más altas de la tierra. Es una hermosura más allá de las hermosuras medias. La poesía es irrelevante en un caso judicial.

2.- El misterio de Kate MacCann es aún más hermoso que su hermosura física.

3.- La policía portuguesa es una buena lectora de Kafka.

4.- Los perros especialmente adiestrados han olido restos de cadáver. Yo tengo perro. Los perros son verdaderamente unos animales peligrosos: lo saben todo. El mío lo sabe todo. Menos mal que no hablan, los perros. Y esencialmente el mío.

5.- Portugal es un país dependiente del Reino Unido. En el imaginario histórico lo que procede es que Portugal declare culpable de la desaparición de Madeleine a la esencia británica.

6.- El penalista que representa a los MacCann lleva un traje impersonal, es moreno y no tiene luz en los ojos. Pero conoce la trama. Padece sobrepeso. Calculo que le sobran 7 kilos justos.

7.- Pessoa quería ser inglés, y veo la mano de Pessoa en todo este asunto de la desaparición de Madeleine.

8.- Madeleine es mi hija. En eso se fundamenta el mundo: en un discurso de padres e hijos desaparecidos.

9.- Da igual que Kate esté implicada en la forma que sea. Ella es inocente. Recordad el caso de Abraham. Aunque sea culpable, es inocente. Y creo que es culpable. Cuanto más culpable, más inocente.

10.- Bibliografía: Kierkegaard.

3 comentarios:

Fernando dijo...

los perros de la noche y la hermosa rubia (Sí_menón)...uff!...siempre nos quedarán las suecas de los sesenta.

Anónimo dijo...

Ahora lo único importante es sacudirse esta culpa de encima cuanto antes: padres, periodistas y jurados populares. No es cosa de verdades sino de culpas.

Doberka dijo...

Pienso que en todo este asunto, la única inocente es, Madeline.
Quizás pueda ocurrir un milagro y aparezca viva, pero si no es así, muy poco le habrá importado a la inocente criatura quién o quienes han sido capaces de semejante atrocidad. Probablemente le habría interesado más el por qué, si desgraciadamente ha sido consciente del hecho.
Personalmente, aún creo en los milagros. No tanto en la condición humana.


Acabo de descubrir a, Kierkegaard, y, aunque imagino que me queda mucho por descubrir de él, no puedo estar más de acuerdo con la mayoría de sus pensamientos sobre el hombre en sí mismo. Pero bajo mi humilde punto de vista, quizás no tuvo en cuenta que Dios le pidió a Abraham, que sacrificara a su hijo y no a su amada Sara (antes de casarse, claro).
Seguramente por ser amores diferentes, también sean sufrimientos diferentes (aun cuando todo es amor). Y supongo yo: Que seguramente Isaac, aun siendo niño, perdonó el hecho de que fuera a ser sacrificado por su padre, por amor a Dios, y comprendiera las explicaciones recibidas por él. Y después, lo ocurrido, no supuso un obstáculo para que sus vidas continuaran y siguieran siendo padre e hijo.
Pero si cualquier circunstancia separa a dos personas que se aman (aunque sea por un sacrificio) los obstáculos que se interpongan entre ellos, probablemente sean múltiples y difíciles (no imposibles) de superar y la posibilidad de que sus caminos vuelvan a encontrarse pueden ser infinitamente remotos.

Un abrazo, MVV.