ARISTÓTELES: Hombre, Vilas, qué bien, un hispano.
VILAS: Venía a preguntarle su opinión sobre el referéndum de Papandreu, ya sabe, el asunto de las nuevas medidas de ajuste exigidas por la Unión Europea.
ARISTÓTELES: Mira, Vilas, consultarle al pueblo siempre será una verdad aristotélica. Es mi pueblo. Papandreu hace bien. Le ha costado al hombre, eh, ya lo creo. Tuve que hacerle una visita nocturna, en sus sueños, hace unos días. Le dije “Papas, estás tonto o qué, pregunta a tu pueblo, como no lo hagas te mando a los aburridísimos fantasmas de Platón, Pitágoras y Parménides a que te den de hostias dialécticas todas las noches que te queden de vida, cobarde, que eres un cobarde”. Papas me ha hecho caso, claro.
VILAS: ¿Qué pasa, mal rollo con Platón y todos esos?
ARISTÓTELES: Eso a ti no te importa, hispano, que eres un hispano. Mira, Vilas, la filosofía de Platón es como el sexo de la Merkel, un misterio arcangélico en trance de ser una ociosidad pasiva.
VILAS: ¿Y qué puede pasar?
ARISTÓTELES: Mira Vilas, Papas, sin quererlo, ha encontrado la herramienta del cambio. No va a pasar nada. La única fuerza respetable es la fuerza del trabajo. Los mercados solo son privilegios criminales sobre la fuerza del trabajo. Lo único que va a pasar es que la clase media no podrá cambiarse ni de coche, ni de móvil, ni de microondas una larga temporada. Habrá que renunciar a esas cosas, pero lo haremos encantados, porque, créeme, esas cosas eran falacias de los mercados. A la gente normal no le va a pasar nada porque los mercados se pongan histéricos, eso lo sabe hasta Platón, que está todo el día preguntándose por la naturaleza napoleónica del alma inmortal de Sarkozy.
VILAS: ¿Y qué haremos entonces, si no podemos cambiarnos ni de coche ni de móvil?
ARISTÓTELES: Que qué haremos. Hispano, mira que eres hispano. Pues qué vamos a hacer, idiota, esto haremos: leer a los griegos en ediciones de bolsillo. Por tres euros tienes el ocio y la vida más alta al alcance de tu mano. Leer a los griegos, eso haremos, con eso será suficiente. Ten en cuenta que solo mi obra completa puede llevarte más de un año de lectura, a seis horas diarias. Toda una vida de conocimiento a precios populares. Y ya si te dedicas a leer la obra de Platón ni te cuento, con ese te mueres sin pasar de hoja.
VILAS: Claro, perfecto, madre mía.
ARISTÓTELES: jodido hispano, ay. No te olvides de pagarme el café, no llevo suelto, querido Vilas.
VILAS: Venía a preguntarle su opinión sobre el referéndum de Papandreu, ya sabe, el asunto de las nuevas medidas de ajuste exigidas por la Unión Europea.
ARISTÓTELES: Mira, Vilas, consultarle al pueblo siempre será una verdad aristotélica. Es mi pueblo. Papandreu hace bien. Le ha costado al hombre, eh, ya lo creo. Tuve que hacerle una visita nocturna, en sus sueños, hace unos días. Le dije “Papas, estás tonto o qué, pregunta a tu pueblo, como no lo hagas te mando a los aburridísimos fantasmas de Platón, Pitágoras y Parménides a que te den de hostias dialécticas todas las noches que te queden de vida, cobarde, que eres un cobarde”. Papas me ha hecho caso, claro.
VILAS: ¿Qué pasa, mal rollo con Platón y todos esos?
ARISTÓTELES: Eso a ti no te importa, hispano, que eres un hispano. Mira, Vilas, la filosofía de Platón es como el sexo de la Merkel, un misterio arcangélico en trance de ser una ociosidad pasiva.
VILAS: ¿Y qué puede pasar?
ARISTÓTELES: Mira Vilas, Papas, sin quererlo, ha encontrado la herramienta del cambio. No va a pasar nada. La única fuerza respetable es la fuerza del trabajo. Los mercados solo son privilegios criminales sobre la fuerza del trabajo. Lo único que va a pasar es que la clase media no podrá cambiarse ni de coche, ni de móvil, ni de microondas una larga temporada. Habrá que renunciar a esas cosas, pero lo haremos encantados, porque, créeme, esas cosas eran falacias de los mercados. A la gente normal no le va a pasar nada porque los mercados se pongan histéricos, eso lo sabe hasta Platón, que está todo el día preguntándose por la naturaleza napoleónica del alma inmortal de Sarkozy.
VILAS: ¿Y qué haremos entonces, si no podemos cambiarnos ni de coche ni de móvil?
ARISTÓTELES: Que qué haremos. Hispano, mira que eres hispano. Pues qué vamos a hacer, idiota, esto haremos: leer a los griegos en ediciones de bolsillo. Por tres euros tienes el ocio y la vida más alta al alcance de tu mano. Leer a los griegos, eso haremos, con eso será suficiente. Ten en cuenta que solo mi obra completa puede llevarte más de un año de lectura, a seis horas diarias. Toda una vida de conocimiento a precios populares. Y ya si te dedicas a leer la obra de Platón ni te cuento, con ese te mueres sin pasar de hoja.
VILAS: Claro, perfecto, madre mía.
ARISTÓTELES: jodido hispano, ay. No te olvides de pagarme el café, no llevo suelto, querido Vilas.
8 comentarios:
Ja,ja,ja, Vilas hispano, leer a los filósofos antiguos es como reír a carcajada limpia, ya me entiendes, qué cosas decían que decían los filósofos griegos. El aburrimiento y la necedad en 1500 hojas. Pedí tu libro Gran V, hispano, pero me denegaron la petición por tratarse de Poesía, que es algo peor que la pobreza o la enfermedad. Iré a buscarlo a Cálamo el 24 DC.
Al griego mejor verlo venir de frente.
Hispano, mira que eres hipano.
Maravilloso, me ha encantado.
Muy bueno, Manolo, me he reído mucho. Hacía falta un comentario así, desenfadado, pero con carga de profundidad. Crítico y humorístico. Bravo.
Abandonar Europa, abandonar el euro,
Ir hacia males mayores. Carreras difíciles, descansar bien. Hacer todo lo imposible. A mí me suena de puta madre, Manolo!
pd:Los griegos primero de toda la vida. Está escrito y no es fácil.
Onassis Jr.
Eso de la crisis es siempre más grande cuando se ve venir, pero en AL, como nacimos en crisis, ni para qué asustarse!
Hola :
Me llamo Roxana Quinteros soy administradora de un sitio web. Tengo que decir que me ha gustado su página y le felicito por hacer un buen trabajo. Por ello me encantaria contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren tambien en su web.
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Roxana Quinteros
Que me parto. Ésta entrada hay que difundirla en Grecia. Muchos besos Manuel.
S.Manrique.
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