Espléndida mañana de verano psíquico, me he dado un baño en la piscina de la terraza, recién puesta el agua, jodidamente fría y una copa de champán a las 8 de la mañana, aún más fría que el agua. Celebro el fin del mundo, ok, chaval. Quiero que la pandemia me encuentre preparado para el asunto ese del viaje final, etc. Salir del agua tiritando y ver las antenas que pueblan la cabeza de la ciudad de Zaragoza es una experiencia terrenal de primera magnitud universal. Sonaba "Always On My Mind". Hay que ver qué fea es Zaragoza, tío, y hay qué ver cómo contrastan las antenas de la city con "Always On My Mind". La gente bajo las antenas estaba durmiendo, 8,15 de la mañana de un sábado demoledor, y yo arriba, a la vera de las antenas, que son como santos flacuchos, arriba, en la terraza, nadando a crols como si fuese Mark Spitz, su fantasma moreno.
Sólo hay que fijarse un poco para darse cuenta que el haz de santidad que envuelve a la Virgen del Pilar de Zaragoza es, en realidad, una multitud de antenas estratégicamente dispuestas. Todas las antenas de las azoteas de Zaragoza conectan con las antenas de la Virgen. Las coronas de la Virgen y el Niño Jesús son, además, cascos de diseño, que filtran todos los mensajes que las antenas codifican. Oyen nuestras emisiones. Oyen nuestros pensamientos ¡Tío, está bien, está muy bien eso de que alguien te oiga!
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verano psíquico: estado de Vilas en el mes de mayo, el 1 de mayo.
1 comentario:
Preciosa homilía, dolce pensero. Anoche,(qué coinci) en una caseta de la feria de Sevilla junto a la torre del agua, los Petrarqueños cantaron esa emocionante sevillana; "You´ll be always on my mind por algo soy rociero, por algo soy rociero you´ll be always on my mind".
Esta noche vuelvo, total, con gripe o sin ella, somos polvo, "mas polvo enamorado".
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