Los cuellos de la camisa, las patillas, la americana
Claro, era el mejor de los hombres. La luz en el rostro. Millones de fotones conjurados a muerte para formar el rostro más humano de la creación.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
Y lo mejor de todo, Manolo: ¡¡Elvis está vivo!! Y no en EEUU: Lo lo ví el otro día en un bar de Ourense, mientras yo bebía media docena de Guitián (godello): estaba el tipo silencioso en la barra, tamborileando con los dedos alrededor de un vaso de leche, y de vez en cuando desplazaba la cintura con unos movimientos pélvicos increíbles y sonreía, sonreía no sé a quién pero esa sonrisa era la resurrección de alguien que no había muerto y ya me dirás tú como resucita un muerto que no ha muerto. Le ofrecí un marlboro pero lo rehusó: "No fumo, fumar es malo, tío. Yo bebo y consumo todo tipo de pastillas pero el tabaco ni tocarlo; contiene benceno, nitrosaminas, formaldehído y cianuro de hidrógeno, un puto veneno. Yo bebo batidos de coco y a veces un whisky y trago pirulas a docenas pero, te aconsejo, deja el tabaco", y chasqueó los dedos de la mano derecha (llevaba dos anillos en cada dedo) y se marchó. Donde él había estado en la barra olía a algo que no identifiqué, zumo de piña o incienso. Tal vez gasofa, simplemente. O era el cuero de su chaqueta blanca con flecos. Ojalá me lo encuentre otro día en la catedral o en un burdel, a ver si me enseña sus fotos de militar en Alemania.
Manuel Vilas es narrador y poeta. Ha publicado los libros de poemas: "El Cielo" (DVD Ediciones, 2000), "Resurrección" (Visor, XV Premio Internacional Jaime Gil de Biedma, 2005), "Calor" (Visor, VI Premio Fray Luis de León, 2008). Como narrador es autor del libro de relatos "Zeta" (DVD, 2002),de las novelas "Magia" (DVD, 2004), "España" (DVD, 2008) y "Aire Nuestro" (Alfaguara, 2009).
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Y lo mejor de todo, Manolo: ¡¡Elvis está vivo!! Y no en EEUU: Lo lo ví el otro día en un bar de Ourense, mientras yo bebía media docena de Guitián (godello): estaba el tipo silencioso en la barra, tamborileando con los dedos alrededor de un vaso de leche, y de vez en cuando desplazaba la cintura con unos movimientos pélvicos increíbles y sonreía, sonreía no sé a quién pero esa sonrisa era la resurrección de alguien que no había muerto y ya me dirás tú como resucita un muerto que no ha muerto. Le ofrecí un marlboro pero lo rehusó: "No fumo, fumar es malo, tío. Yo bebo y consumo todo tipo de pastillas pero el tabaco ni tocarlo; contiene benceno, nitrosaminas, formaldehído y cianuro de hidrógeno, un puto veneno. Yo bebo batidos de coco y a veces un whisky y trago pirulas a docenas pero, te aconsejo, deja el tabaco", y chasqueó los dedos de la mano derecha (llevaba dos anillos en cada dedo) y se marchó. Donde él había estado en la barra olía a algo que no identifiqué, zumo de piña o incienso. Tal vez gasofa, simplemente. O era el cuero de su chaqueta blanca con flecos. Ojalá me lo encuentre otro día en la catedral o en un burdel, a ver si me enseña sus fotos de militar en Alemania.
Elvis, estaba a las 12 h.A.M.en el pabellón de Zaragoza disfrazado de Rosendo Tello.
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