El 24 de diciembre de 1985 Manuel Vilas estaba de guardia en el Cuartel de Infantería de Barbastro donde hacía el servicio militar. Exactamente, estaba de guardia nocturna. La guardia nocturna se conocía con el nombre de "refuerzo". Vilas era cabo y por tanto su cometido en los refuerzos consistía en distribuir a los soldados por las garitas y después volver al cuerpo de guardia. Miguel Fernández Díaz, un soldado de reemplazo, al que Vilas había dejado a las 22 h. en la garita num. 4 (la más alejada del cuerpo de guardia) eligió ese momento para pegarse un tiro en la boca. Normalmente, Vilas no se acuerda de esto, porque fue hace muchos años. Normalmente, Vilas ya no se acuerda de nada, y no sabe muy bien por qué se olvidan las cosas (imagina que porque las cosas se deshacen en medio de la memoria). Recuerda Vilas que se quedó mirando los sesos estampados contra el techo de ladrillo de la garita. Recuerda los expertos comentarios del capitán de guardia sobre la trayectoria de la bala, las conjeturas sobre el boquete que se abrió en la cabeza de Fernández Díaz. Era una bala de cetme, que convirtió el juvenil orden cerebral de Fernández Díaz en un caos sanguinolento y acabado. Piensa Vilas en lo que Miguel Fernández Díaz se ha perdido a lo largo de estos últimos 22 años. Al día siguiente, es decir, el día de Navidad, vino el padre de Miguel Fernández. A su madre no consiguieron encontrarla. Ahora que lo pienso, fui el último ser humano que vio vivo a Miguel Fernández Díaz. Un honor, sin duda. Un gran honor. Pues, obviamente, tanto Miguel Fernández Díaz como Manuel Vilas fueron hombres de honor.
lunes, 24 de diciembre de 2007
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19 comentarios:
Excelente forma de felicitar la Navidad, muy Vilas. Abrazos.
pues con honor y cobardía del amigo de los sesos...se despidió de la vida....los de honor quedaron por ahora otros 22 años luchando con la vida...cuidate bicho.
todos los que tenemos pistola nos disparamos este día si hace suficiente frío, he dicho suficientemente frío.
Desearía con toda mi alma, que este suceso que has escrito fuese ficción Manuel, pero si no lo es, te diré: que siento mucho que hayas tenido que vivir un trauma como el que describes. Y la rabia que pudo dejar en tí. Desgraciadamente sé como te tuviste que sentir, incluso como te sientes después de tantos años. Una recuerdo de ese tipo no se olvida nunca. Algún día te hablaré
de mis recuerdos Manuel.
Muchos besos MVV.
Ahora recuerdo porqué no me gustan estas fiestas, No hay ni una sola Navidad en la que, de una forma u otra, se pongan todos de acuerdo, a veces, hasta con crueldad incalificable, para que mi barco naufrague. Bien pués ya esta!!!
¿alguien tiene un flotador, por favor? ...Tranquilos no me moveré de aquí. Lo bueno de los naufragios es que la paciencia es lo único que te sobra.
Más besos Manuel y disculpas.
No te lo vas a creer, Vilas, pero el horno, de la cocina, ha venido hasta mi habitación: “¿puede saberse qué haces ahí entre tanta agua?”, me ha dicho. Me he quedao pasmá. “Si crees que así vas a librarte de hacer la cena, la gran cena de Nochebuena, estás muy equivocada”. Mis labios no han osado moverse. “Sal de ahí ahora mismo. Coge estos cables y levántate, o ellos te agarraran y te sacarán a la fuerza”. No me he atrevido a contrariarla y he obedecido sus órdenes como una posesa. “No te has dado la paliza de limpiar mi mejor traje para ahora dejarme plantao”. Ha seguido despotricando por el pasillo hasta llegar a la cocina y volverse a colocar ella solita, como por arte de magia. Y ahí me quedado un rato entre: carnes, patatas, pimientos, platos, bandejas y demás. Es curioso hace un largo rato sólo tenía ganas de morirme (me pasa de vez en cuando) y ahora estoy esperando que la cena se termine de hacer en el horno y escribiendo estas líneas. Será que siempre hay una razón, por muy irrisoria que sea, para levantarse y seguir adelante. O puede que esté harta de suicidarme y, para variar, ahora cualquier razón sea buena para seguir viva. Tampoco eso importa mucho Manuel. Lo importante es que dé resultado y a mí me lo da. Muchos besos a todos y en especial a los hombres de honor estén donde estén. Feliz Nochebuena MVV. Y disculpar mi pesada verborrea.
Tristes recuerdos para estas fechas.
Siniestro repertorio para aquel "servicio militar" que nunca se supo bien a quién servía.
Es una pena que las navidades ya nunca puedan de dejar de traerte este recuerdo.
Afortunadamente tendrás muchos otros más llevaderos.
Un abrazo con mis felicitaciones.
Muy grande.
En 1985 yo también era cabo. El día 24 de Diciembre me emborraché, mientras vomitaba de madrugada, un tipo con galones, con más galones que yo, cantaba junto a mi oreja "vuelve a casa vuelve por Navidad". Durante unos segundos desee tener el cetme y el valor suficientes para volarle los sesos, sin honor.
Salu2 Córneos.
No es fácil entender lo que Vilas escribe. Nunca es fácil porque siempre sus textos tienen intenciones escondidas. Por ejemplo, el final: lo del honor. ¿Qué quiere decir con eso? Jaja.
La vida continuó para los que nos atrevimos a seguir con ella. Veintidós navidades y miles de experiencias más. Quizás lo de ese muchacho fue solo un momento de puro azar ¿me pego un tiro o no? Puede que se arrepintiera justo después de que el dedo empezara a empujar el gatillo hacia atrás y ya fuera demasiado tarde. Ya no hubo vuelta atrás. Es más cómodo dejar de vivir solo con el pensamiento. Al menos puede ser reversible.
Me gustaría pensar que, Vilas y Miguel, son la misma persona y que en realidad sólo una parte de Vilas fue la que desapareció, a veces, no queda otro remedio si quieres sobrevivir. Ocurre cuando no tienes la posibilidad de cambiar el mundo que te rodea, pero tienes que seguir adelante. Ante esa imposibilidad de cambio, crees que, lo único que puedes hacer es cambiar tú mismo. Y para hacer eso, no queda otra opción: tienes que destruir parte de tí mismo. Aunque en el fondo esa parte solo está, como muerta, dentro de tu ser y despertará sólo si uno mismo quiere que resucite. Puede que me equivoque, pero me dolería menos que si, en realidad, hubiera sufrido, Vilas, el desafortunado hecho que ha descrito. Me gustaría pensar que nada de eso pasó y que no hubo víctimas de ningún tipo. De ahí sus palabras:"tanto MF como MV fueron hombres de honor".
Muchos besos MVV.
SE ESTÁ ACABANDO EL PUTO AÑO Y SÓLO YO HABLO DE CELINE Y DE SELBY, JODER CON DOBERKA!!!
Viva el Vilas pq está como una puta cabra!!!!!!!!!!!!! y a ver si le regalais una pistola o eso
No sólo Paulina, yo también, yo también te espero en Nochevieja, Manuel Vilas Vidal. CARLA BRUNI, Egipto.
Mi bisabuelo realizó su mili con Weimar.Mi abuelo realizó la mili con Franco. Mi padre con Pinochet. Yo con David Bisbal. Mi hijo seguro que con algún hijo de Osama Bin Laden. Mi nieto la hará con algún dictador de alguna micro-nación selenita. Mi bisnieto?. Ese seguro se encuentre con algún becario para ser dios, y le pregunte si hace frío debajo de la cama de Angelina Jolie IV. Abrazos Manuel.
Gracias a todos por vuestros comentarios. La fiesta es inacabable, MV.
ostia manolo, ya ni se los años sin saber de tí y hoy me encuentro con ésto. Iluminado por quíen sabe qué pensamientos o alucinaciones y siempre unos pasos por delante de M.A. y de mi. Ese es mi recuerdo. Y lo de aquí una revelación. Os guardo siempre.
Gracias a este mundo mágico que es Internet, hoy 22 de diciembre de 2010 he llegado hasta esta entrada de tu blog, Manuel, tan cercana a mí.
Me presento: Mi nombre es Jesús y yo también estuve presente en el hecho narrado de la nochebuena de 1985 en Barbastro. Yo por entonces estaba a punto de licenciarme (lo hice el 9 de enero de 1986), era Cabo 1º y estaba en mi último servicio de “semana”. Corroboro todo lo escrito, excepto lógicamente los datos ficticios sobre la identidad del soldado. Si alguien tiene curiosidad, en la hemeroteca del periódico El País, del dia 26 de diciembre de 1985 se puede leer la escueta noticia, en la que se publica el nombre y apellidos del fallecido.
Tengo que decir que me ha emocionado leer el relato después de 25 años. Yo también presencié la dantesca escena, con la luz de la linterna en la garita. El soldado, madrileño, y de nombre igual que el mío ocupó durante algún tiempo la litera inferior a la mía. Recuerdo que fue difícil la localización de sus familiares, de hecho tu mismo indicas que a la madre no se la pudo localizar.
Este año, al igual que todos desde aquella fecha, volveré a revivir la escena –no he podido olvidarlo, quizás no he querido olvidarlo- y volveré a preguntarme lo que me pregunté entonces: ¿Por qué?.
Un abrazo y feliz Navidad.
PD: Aparte de este episodio, guardo buen recuerdo de mi paso por Barbastro,
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