martes, 30 de junio de 2009
Fuego
domingo, 28 de junio de 2009
jueves, 25 de junio de 2009
SERGIO GASPAR PUBLICA "ESTANCIA"
No es que desee amar especialmente,
porque amor ni me sirve ni le sirve
normalmente a quien dices que lo amas.
Pero yo no seré yo. Yo soy tu hijo,
y esta inercia me conduce a postura
de decir. Tengo que amarte. Déjame
que te ame. Te levantarás. Los muertos
se incorporan nunca, cuando nadie
los mira. Tú, con tus ojos perfectos
que me vieron nacer, pronunciarás
-o dirás nada y sonará lo mismo-
esperé muchos años a que me pidieses.
Quiero bailar contigo. El momento es éste.
Cuando la orquesta se ha ido, cuando
no queda plaza ni noche. Entremos
en esta música que no está sucediendo.
MARTA SANZ ESCRIBE SOBRE "CALOR" EN "LA TORMENTA EN UN VASO"
jueves, junio 25, 2009
Calor, Manuel Vilas
VI Premio de Poesía Fray Luis de Leon. Visor, Madrid 2008. 63 pp. 8 €.Marta SanzSi algo debe pedírsele a la poesía es que sea excéntrica. No me refiero a que tenga que ser rara, hermética o alambicada: hay hermetismos que no son excéntricos en absoluto, mientras que otros son salvajemente políticos, imprescindibles. Yo no hablo de una excentricidad aparente ni de una pose; no hablo de la excentricidad de quienes se colocan aros en los lóbulos para que éstos se vayan dilatando o de quien elige como mascota a un cocodrilo o a un cerdo. Estoy hablando, más bien, de la capacidad de la palabra poética para exceder los límites de un centro imaginario que va irradiando una especie de periferia epigonal que termina convirtiéndose en algo parecido al humo. En este sanísimo sentido de la palabra es en el que creo poder afirmar que la poesía de Manuel Vilas es excéntrica. Saludable, extemporánea, violentamente excéntrica.La primera barrera que salta Vilas es de tipo victoriano y tiene que ver con la idea de que existen sitios más adecuados que otros para hacer las cosas: las bibliotecas, para el estudio; los parques, para los juegos; los bares, para beber; las camas, para dormir o para follar; los parlamentos, para la política; y la poesía, quizá, para darle vueltas al sexo de los ángeles mientras se engarzan metáforas que expresen lo fragmentario y picudo del ser. Como Vilas es un hombre y un poeta —en definitiva, un ser, con todos los respetos—, él y sus voces tienen preocupaciones de ser que, curiosamente si tenemos en cuenta que estamos en el ámbito de la poesía, no son de índole metafísica, metapoética o metanada. Aquí, los sujetos poéticos aquí no levitan: beben, conducen, ven la televisión, hacen la mili, dan charlas en institutos, es posible que incluso hasta defequen. Los poemas de Calor tienen argumentos y parten de situaciones que necesitan apelar a la trascendencia, porque son intensas y visibles por sí mismas. Los poemas de Vilas hablan de —y quizá es un pecado decir que un poema “habla de algo”, pero a nosotros no nos importa—: dejar un coche con matrícula de Huesca en el desguace y sentir que se abandona a una amada —al fin y al cabo, un objeto— desarrollando una modalidad de la pasión necrófila en una poesía donde el poeta y el ciudadano son dinero y las clase media acepta limosnas (sic); la cremación de un padre; contemplar a través de la televisión una boda real que se transforma en un incruento Gernika, en un cómic malintencionado —o sea, urgente—, en una metáfora de la España de charanga y pandereta que seguimos siendo, en la que se introduce un nuevo factor para la distancia entre las clases: los que salen en la tele y los que no; el amor universal y el buenismo como desencadenantes de los fratricidios (“Fraternidad”); el valor del dinero en contraposición a las momentáneas alegrías dionisíacas, a las ventoleras etílicas o eróticas que se atemperan y se apaciguan como animales frente a la necesidad del trabajo — ... amor mío/ si quieres follamos hasta morir, pero por favor/ no dejes tu trabajo...—; gente que hace el amor muy cerca de la cocina porque el piso es muy pequeño; el paisaje de Barbastro; un suicidio en la garita; Irak y las imperfecciones de nuestras democracias, el precio que pagamos por nuestras democracias, los verdugos que terminan convirtiéndose en las víctimas de sus recuerdos, aunque Vilas no se queda en esa frase hecha, en ese lema convencional, y en su “Walk on the wilde side” hay víctimas que siempre son víctimas y que no pueden darle la vuelta a la tortilla: las putas iraquíes que sólo conservan tres dedos de una mano y son pateadas en el culo...El mundo y los lugares en el mundo, relaciones de fuerzas, que nos invitan a pensar que quizá la poesía también es un lugar adecuado para hacer política; es más, que quizá sea inevitable hacer política cuando uno toma la palabra y escribe, sin haberlo preconcebido, una metonimia, una sinestesia o un hipérbaton gongorino. Vilas lleva al extremo el argumento anterior y, sin hacer concesiones a la facilidad —sus poemas son casi transparentes, pero la transparencia no siempre es sencilla de digerir— rehabilita para la poesía un lenguaje que no es el previsible en el género; recupera el espacio de las narraciones, de la autoficción y de los coros polifónicos —pobres, ricos, villanos, desencantados...— de las enumeraciones no tan caóticas, de los listados, de los topónimos, de los precios y los salarios exactos, de las marcas, del dramatismo del humor y del humor del dramatismo, de lo horrible, lo cotidiano y lo grotesco, para recrear esa sinrazón antivital en que vivimos: da una vuelta de tuerca a la ya museística oposición dialéctica entre civilización e instinto, represión y naturaleza, razón y corazón, y dibuja un lugar en el que ni lo uno ni lo otro, un lugar en el que el vino o la cocaína nos conectan a la vida y al amor, y la racionalidad parece que sólo tuviera que ver con las medidas coercitivas, con el tutelaje gubernamental, con el cumplimiento de leyes tan irracionales como la de obligar a pagar a un mileurista seiscientos euros por haber dado positivo en un control de alcoholemia. Paradojas irresolubles en un mundo donde también se ha perdido la confianza en las revoluciones: después de 1789 aún quedan, repartidos sobre la piel del mapamundi, explotadores, oligarcas y reyes. También sobre la piel de este país donde hace tanto calor, y el calor es España y España es el mundo, globalizado y sin Antártida, que se repliega sobre sí mismo como un celofán bajo la lente abrasadora de la lupa.
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El link:
http://www.latormentaenunvaso.blogspot.com/
jueves, 18 de junio de 2009
LA ENTROPÍA
35 años de distancia entre el primer vídeo y el segundo. Esta canción de The Who es fascinante. La versión del año 2000 alarga la letra con reflexiones literarias y autobiográficas, absolutamente maravillosas.
sábado, 13 de junio de 2009
viernes, 12 de junio de 2009
LOU REED LIVE
VIAJANDO
Nada más volver de La Habana, me fui a Antequera, nada más volver de Antequera, me fui a Zamora. El poeta de Antequera es José Antonio Muñoz Rojas, que cumple 100 años en octubre. El poeta de Zamora es Claudio Rodríguez, y 10 años se cumplen el próximo julio de su muerte. El poeta de La Habana es La Habana misma. En Zamora estuve con Clara Miranda, la viuda de Claudio Rodríguez. En La Habana estuve con Aitana Alberti, la hija de Rafael Alberti. En Antequera no pude ver a Muñoz Rojas, porque ese día tenía que hacerse unas pruebas médicas. Antequera son iglesias barrocas. Zamora son iglesias románicas. La Habana son iglesias coloniales. Me apasiona La Habana, me apasiona la calle Obispo. Mil vueltas por allí. Compré libros viejos en la Plaza de Armas, pero luego los tiré a la basura porque olían mal, a humedad y a mierda, y tiré una primera edición de “Doña Rosita, la soltera”. En Antequera vi la casa donde nació Muñoz Rojas. Era un palacio. En Antequera comí lomo a la pelona. En La Habana me bebí mil daiquirís. En Zamora recé un rato un par de canciones de Lou Reed. Me gusta el románico, es elegante y austero. En esas iglesias de Zamora se está bien. Metido allí, como un guiri más. En las iglesias de Antequera también se está bien. En La Habana donde se está muy bien es en el Hotel Nacional. Me bañaba a las 9 de la mañana en una piscina llena de sol. La Habana es la ciudad más espectacular de la tierra. No hay tiendas. No hay centros comerciales. Hay cuerpos radiantes.
lunes, 8 de junio de 2009
UN POEMA INÉDITO DE JOSÉ LUIS PIQUERO
¿Razón de ser? No lo he pensado mucho.
Ha de haber algo más que estas tareas
mecánicas: la casa
la hago en un plis-plás.
Los poemas, tal vez. Se me desprenden
como costras de barro.
Por algo tengo siempre la palabra en la boca,
pero no estoy seguro de ser culpable de ellos.
Hay una voz. El alma es un asunto
sobre el que no nos hemos puesto de acuerdo aún.
Mi infancia... Siempre digo que la tuve,
contra toda evidencia.
Me acuerdo de un cachorro junto a un estanque.
Lo tenía en las manos, hacía sol y las hojas
olían como libros. No sé qué pasó luego.
El agua estaba pálida.
No, no estoy triste, siga.
Ah, eso... Me resulta muy penoso.
Uno desea dar amor y no mide sus fuerzas.
De pronto te despiertas y oyes llorar y te miras las manos
y después huyes, huyes.
Todos nos refugiamos en los otros, como alegres tumores,
estirando los brazos, rompiendo cosas,
esperando el castigo.
¡Qué pregunta! Nunca he matado a nadie.
Pero calle. Esas voces, los poemas... No quiero escuchar más.
Tal vez un día
alguien se atreverá a quitarme la máscara, a taparme la boca,
y habré de rendir cuentas pero
ya nunca volveré a estar tan cansado.
¿Que si doy miedo? Bueno.
Esa es mi obligación.
Del blog de David Refoyo
Cuando veo Manuel Vilas ahí quieto, se me ilumina la cara. Es la misma iluminación que me había ocurrido con Petisme y con Javier García. Manuel Vilas me estrecha la mano. Me dice algunas cosas. No es fácil hablar con un desconocido aunque para mí no lo es, he leído todos sus libros. La presentación es breve, pero intensa. Manuel Vilas lee algunos de sus poemas. Compagina "Calor" y "Resurrección". Falta su Audi A100. Sin embargo, no se olvida del 24 de diciembre de 1985 y los hombres de honor. Eso me gusta. El honor es la vida es una de las frases lapidarias más importantes del siglo XXI. A la altura de Feo, fuerte y formal de Jonh Wayne, sólo que ésta pertenece al siglo XX y ninguno de nosotros quiere parecer antiguo. A esas alturas de la tarde, Manuel Vilas está pensando en tomarse un vino, como todos los demás. Y eso hacemos. Bebemos vino y cañas y comemos patatas fritas mientras hablamos del tabaco y de por qué un cigarro pega con sus poemas. Después hay cena y quizá, copas. No puedo ir a cenar con ellos, con sus conversaciones sobre La Habana, sobre los libros que vendrán. No puedo ir, pero al marcharme y estrechar las manos de las personas con las que estaba, no dudo de que habría sido una velada estupenda. Habría sido fantástico compartir una velada con Manuel Vilas. Fuera del circuito literario, por la noche, intento explicar de dónde viene mi fascinación, mi sonrisa... no es fácil, ellos no conocen al Comandante y mucho menos España, así es todo más complicado.
11 DE JUNIO, EN MURCIA
11 de junio de 2009 OTROS EVENTOS
Recital Trasvases Poéticos Zaragoza-Murcia
RECITAL TRASVASES POÉTICOS ZARAGOZA-MURCIA
Recitan: Ángel Guinda, Rosendo Tello y Manuel Vilas
Presenta: Luis Alberto de Cuenca
Jueves, 11 de junio de 2009, 20:00h
Salón de actos de la Biblioteca Regional de Murcia
Con el fin de mantener el contacto cultural, que une a las personas y a los territorios de España por encima de los conflictos o los desacuerdos que pudieran surgir en otras áreas, se han concebido estos Trasvases de Poetas, que se inician entre Murcia y Aragón, y pretenden aumentar el conocimiento entre ambas Comunidades y establecer una vía de encuentro permanente y estable. Los poetas quieren hacer oír su voz por encima de las tensiones, como un canto de amor en medio de la batalla.
Es una actividad de ida y vuelta que ayuda a mantener los nexos entre los pueblos. Se trata de enviar una pequeña selección de poetas de Murcia a Aragón y de recibir otro envío de poetas de Aragón en Murcia. Mediará en los recitales un catalizador estable, el poeta y ex Secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, que presentará en Murcia y Zaragoza las lecturas. A esta actividad oral, donde el protagonismo lo tiene la palabra dicha, le acompaña una acción escrita que aumenta la permanencia de la palabra: un libro que contenga los poemas leídos en los recitales.
Tras la visita de tres poetas murcianos a Zaragoza, tenemos el placer de recibir, en la Biblioteca Regional, a tres voces de la poesía aragonesa: Ángel Guinda, Rosendo Tello y Manuel Vilas. Pases : 20:00 h Local Biblioteca Regional de Murcia Avda. Juan Carlos I 17 , MURCIA
jueves, 4 de junio de 2009
FERIA DEL LIBRO DE ZAMORA
DESDE ANTEQUERA
martes, 2 de junio de 2009
PRÓXIMAS CITAS
--3 DE JUNIO: 8 TARDE. ANTEQUERA (MÁLAGA). DIALOGO SOBRE JOSÉ ANTONIO MUÑOZ ROJAS. ADA SALAS Y MANUEL VILAS. 8 TARDE, BIBLIOTECA DE SAN ZOILO. El link: http://www.malagahoy.es/article/ocio/434706/antequera/acogera/encuentro/poetas/honor/munoz/rojas.html
--5 DE JUNIO: 8,30 TARDE. FERIA DEL LIBRO DE HUESCA. LECTURA DE POESÍA: JESÚS JIMÉNEZ, NACHO TAJAHUERCE Y MANUEL VILAS.