martes, 30 de agosto de 2011

MAS VERSOS DE WALT WHITMAN

El desembarco, la fundación de ciudades nuevas,
El viaje de de los que buscaron otra Nueva Inglaterra y la hallaron,
Huir hacia donde sea,
La colonización de Arkansas, Colorado, Ottawa, Willamette,
El lento camino, la comida escasa, el hacha, el rifle, las maletas;
La belleza de toda la gente, la belleza de los valientes, de los temerarios,
La belleza de los chicos del bosque, la belleza de los leñadores
Con sus rostros inocentes y salvajes;
La belleza de la independencia, de la perdición,
La belleza de los actos solos, intransitivos.

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(La traducción del inglés es, por supuesto, mía).

lunes, 29 de agosto de 2011

UNOS VERSOS DE WHITMAN PARA EL LUNES



Walt Whitnan, yo soy el universo y también soy el hijo de Manhattan,
turbulento, festivo, sensual, comiendo y bebiendo y engendrando,
siempre al lado de todos los hombres y de todas las mujeres, al lado, sí,
sin decadencia,
sin modestia ni inmodestia.

Tirad al viento las cerraduras de las puertas.
Que no haya más puertas.

Quien degrada a otro es a mí a quien degrada.
Y todo lo que fue hecho o dicho en mí descansa.

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La traduccón del inglés es mía.
Me estoy dando cuenta de que me tengo que traducir la literatura que me gusta para que me guste de verdad. Me encanta traducir a Whitman. Y lo hago bien.

viernes, 26 de agosto de 2011

EL GRAN POETA JOSÉ LUIS PIQUERO ESCRIBE SOBRE "AMOR" (REVISTA "CLARÍN")


TERRORISTA DE LA FELICIDAD


Amor. Poesía reunida, 1988-2010. Manuel Vilas, Visor, 2010, 256 páginas.



“No concibo el amor sino como una exaltación de los MacDonald’s, de la música Pop, de las circunvalaciones que cercan las ciudades de la tierra, de la anarquía [...], del humor irreductible, de los talleres de chapa y pintura, de las fábricas de muebles y de la ropa interior de algodón suizo de la princesa doña Letizia; el amor como un himno a los coches, al dinero, a la prostitución, a los comunistas”. Las palabras son del propio Manuel Vilas (Barbastro, 1962), pertenecen al prólogo de Amor y resumen perfectamente el espíritu de su poesía: exaltada, irónica, desafiante, distinta. Y vitalista y apasionada. Estamos ante uno de los poetas españoles contemporáneos más originales y más radicales, y esta poesía reunida es una buena ocasión para comprobarlo.Amor se inicia con algunas muestras de la arqueológica poética de Vilas, poemas que el mismo autor califica como “de aprendizaje” y que realmente no aportan demasiado al conjunto, salvo la posibilidad de comprobar cómo su estilo de madurez ya apuntaba vagamente en ellos (“París” o “Noche de reyes” casi podrían formar parte de su primer libro importante, El cielo). Es curioso: la mayoría son poemas muy aceptables. Sólo que palidecen al lado de la enorme potencia expresiva de su obra mayor.Porque es a partir de El cielo (2000) cuando irrumpe esa voz inconfundible, ese “sello Vilas” tan nítido y característico. Desolación, irrefrenable apetito de vivir, humor, crudeza, golferío, cinismo y grandes dosis de encubierta ternura son los rasgos que definen al personaje que protagoniza estos poemas: un veraneante perpetuo que sólo sabe castigarse, celebrar la existencia, gastar el dinero en lo mismo que se lo gastan los turistas de todo tiempo y lugar, desear sin tasa a las mujeres y ansiar la muerte, pero una muerte al sol y junto al mar, después de haber amado mucho. Frívolo y profundo, descreído de los grandes relatos pero no de los pequeños placeres, de este personaje podría decirse lo mismo que de aquel de Carlos Marzal que trataba “por igual la muerte y los escotes”. En textos como “El desconocido” puede resultar brutal; en otros, como “El enamorado”, cálido y conmovedor: un niño equivocado, un libertino sentimental, siempre al borde de hacer algo drástico: suicidarse o enfundarse un traje de verano e ir a recorrer la playa.Casi todos los atributos fundamentales de El cielo vuelven a aparecer en su siguiente libro, Resurrección (2005), en donde la máscara deja paso a un personaje más nítido y realista: el propio Vilas, que aparece a menudo con su propio nombre y que se asemeja bastante al bebedor terminal, hedonista y dandy de la obra anterior, pero más cotidiano. Es el momento de mirar alrededor y describir este mundo sórdido y brillante, el mundo de las hamburgueserías de plástico y la pobreza extrema, de los saldos y de la literatura. Si un rasgo inequívoco de todo intelectual que quiera sentar cátedra es el rechazo de la cultura popular y los superficiales entretenimientos del pueblo, está claro que Vilas pretende sentar cátedra en otras aulas. Sus poemas son endechas de amor a las cajeras de los supermercados, reflexiones sobre las pequeñas isletas de colorines del consumismo, cantos a los héroes más míseros: el Perry Smith de A sangre fría o el músico fracasado Doug Yule, a quien sus propios compañeros de la Velvet Underground no miraban a la cara. También los poetas, como Pound o James Joyce, fotografiados en sus momentos menos sublimes. Vilas se ríe de todos ellos (y de sí mismo) y para todos ellos tiene una infinita comprensión, un desmedido amor. ¿Y cuál es la dicción de esta voz insumisa y apasionada? La única posible: largos poemas de largos versos, afán narrativo, coloquialismo extremo, prosaismo, pero también una constante inventiva verbal que salpica los textos de brillantes intuiciones, que deja al lector sin aliento, como tras una sacudida.Calor (2008) es hasta ahora su último libro y se inicia con dos poemas muy significativos. El primero, “La lluvia”, es una particularísima e irreverente crónica de la boda de los Príncipes de Asturias, un tema que muy pocos poetas españoles se plantearían siquiera considerar. Del segundo se puede decir lo mismo: una oda al viejo coche del que uno se desprende para comprarse el último modelo, plan Prevert de por medio. Nuevamente el humor, una conmovedora ternura y un profundo tono elegíaco, nunca exento de sarcasmo y autoparodia. Nada en estos y en los demás poemas es lo suficientemente elevado como para no ser puesto en solfa y nada es lo bastante insignificante que no merezca una revisión, una búsqueda de su íntimo sentido.Desbordante, cáustico, iconoclasta, también emocionante y conmovedor, Vilas es una especie de francotirador amoroso, un terrorista de la felicidad que no pretende contribuir al orden moral del mundo sino, quizá, afirmar su irreductible libertad y decir lo que le da la gana. Diciéndonos, de paso, muchas cosas importantes sobre nosotros mismos. Indispensable.
José Luis Piquero
(Reseña publicada en el número 94 de la revista Clarín).

miércoles, 17 de agosto de 2011

BENEDICTO XVI

El traje santo de Benedicto XVI, el que llevará en Madrid, es un diseño encargado por el Vaticano a la NASA (con participación de la empresa española Zara). Lleva un sistema de refrigeración interior, muy sofisticado, que genera una temperatura ambiental de 21,5 grados (se puede regular) en torno al cuerpo del Santo Padre. Hay una opción facial, que también será utilizada, que reduce la temperatura de los rayos solares que se estrellan contra la cara del Pontífice. El bonete es si acaso la parte más maravillosa del traje, produce además de la temperatura adecuada, un leve y misterioso masaje en la cabeza, invisible a los fieles. El infame calor español será vencido por el Bien Absoluto. Ni una gota de sudor habrá en el rostro de la Divinidad. Solo perfección y equilibrio, espíritu y serenidad. No habrá ni rastro de los culpables fluidos de la carne. Ni un segundo de indeseada sudoración. Grandeza y perdón y alegría. Vencimiento del maligno clima del Sur de la Gran Europa del Norte. El traje se activa por la voz del propio Benedicto XVI. Él dice: "21,5 grados, oh, Señor", y el traje se pone en funcionamiento de una manera suave y delicada, y en cuestión de segundos alcanza la temperatura ideal para decir la Buena Nueva.

martes, 16 de agosto de 2011

34 AÑOS DE LA MUERTE DE ELVIS.




BARRANCO DE LA PEONERA, RÍO ALCANADRE (HUESCA).

Ayer lunes, 15 de agosto de 2011, descendí el barranco de La Peonera (Huesca). Con mi traje de neopreno muy azul y mi casco muy negro, descendí unos 3 km de cuevas, de saltos de agua, de pozas secretas, de piedras que arañaban mi rostro radiante. Cárceles de piedra para el buen Vilas. No comí nada. Bebí un trago largo de tus propias aguas, buen Alcanadre. Aguas desconocidas. Aguas en las que nunca había estado. Aguas siempre en la oscuridad. Hay pozas de más de cuatro metros de profundidad. Imposible tocar el fondo, ni aun alargando mi brazo como si fuese una serpiente saliendo de un cuerpo humano. Río Alcanadre, eres tan misterioso y tan verdadero como la Luna, o como Marte. Río Alcanadre, que Dios te bendiga. Siempre estabas allí, y yo no lo sabía. Esperándome doscientos mil años llevabas tú, sin moverte, enamorado. Eres fuerte y loco. Pareces un Vilas, tío. Cuando estaba dentro de ti, sonaba música de Ricardo Wágner.

viernes, 12 de agosto de 2011

LLAMADAS

Todos estamos hablando por teléfono. Mientras yo hablo con mi madre, Obama habla con Merkel. Juan Carlos I marca el número de su hijo, que está en un velero en el Mediterráneo. Cómo estás hijo mío. Yo marco el prefijo de Huesca. Vete a saber qué prefijo marca Obama. Lou Reed está telefoneando a su tía nonagenaria y hablan de la crisis y de esa chica que se ha muerto, Amy Winehouse. Mucho ruido en el mundo, hijo mío, dice la tía de Lou Reed. Mi móvil ya no me gusta. Es demasiado antiguo. Todos estamos hablando por teléfono. Hola, papá. Hola, hijo mío. Un pastor de Plan llama desde el móvil a sus hijos y les dice qué santa mañana de calor hace hoy. Mis padres llaman a mi hermano. Mi hermano telefonea a mi hermana. Mi hermana se está duchando y no oye el teléfono. Putin telefonea a su hijo que está de fin de semana en París con unos amigos y lo coge la novia de su hijo: colega, tu hijo es de puta madre. Putin se pasa las horas mirando el teléfono rojo y haciendo submarinismo. Qué jodidamente rojo es este teléfono, piensa Putin. Putin coge el teléfono rojo y marca un 906. No dejes de llamarme nunca, amor mío. Siempre estoy esperando una llamada. Estoy muy triste, no me llama nadie. Llámame ahora. Ahora mismo. Llámame y dime que vamos a querernos mucho esta noche.

sábado, 6 de agosto de 2011

UNA CONVERSACIÓN CON EL VERANO

Vilas estaba nadando, en mitad delMediterráneo, o eso le parecía a él, porque al fin y al cabo no debía de estar a más de cien metros de la costa de Peñíscola, mar adentro. El sábado 6 de agosto de 2011 el verano, saliendo del agua, le habló a Vilas.
VILAS: ¿Quién eres?
VERANO: Soy el verano. Te has puesto muy moreno. Estás, Vilas, enormemente bronceado, pareces el Conde Drácula. Ya casi eres negro. Jaja, tranquilo, es una broma absurda. Nadas muy bien, gracias a mí, que aumento las temperaturas de las aguas marinas para que tú disfrutes, para que seas feliz y glorioso.
VILAS: Dime qué quieres.
VERANO: He venido a decirte que hoy mismo, este sábado 6 de agosto, a las 6 de la tarde, he comenzado a morir. Me estoy muriendo. Aun no se nota, pero ya ha empezado mi destrucción, y el venenoso otoño ya desciende desde la remota atmósfera. Es terrible, Vilas. El mediodía es dolor.
VILAS: Lo sé, verano. ¿Quieres llorar?
VERANO: Sí,
Lascia Ch'io Pianga.
VILAS: Lloremos juntos, hermano mío.

jueves, 4 de agosto de 2011

GEORG WILHELM FRIEDRICH HEGEL EN PEÑÍSCOLA.

VILAS: Coño, Federico Hegel, qué alegría verle a usted aquí, en Peñíscola, disfrutando del verano español y del Mediterráneo.

GWF HEGEL: Hombre, Vilas, qué sorpresa. Veo que va usted provisto de sombrilla, crema bronceadora, Ray-Ban clásicas, bañador de bermuda floreada, y sandalias. Es usted increíble.

VILAS: Y usted se está comiendo unas sardinas a la plancha.

GWF HEGEL: Era lo más barato de la carta.

VILAS: ¿Y a qué ha venido a Peñíscola?

GWF HEGEL: Bueno, en realidad, estoy recorriendo todo el Mediterráneo español. Hoy estoy en Peñíscola, sí, pero mañana estaré en Gandia, y ayer estuve en Salou, y dentro de poco en Marbella. Voy y vengo, recorriendo el Mediterráneo en agosto. Es fascinante. Tanta gente casi desnuda. Me gustaría tener un barco. Ya le digo, de Cadaqués a Tarifa, echando un vistazo, subiendo y bajando, llamando a las puertas de este cielo español.

VILAS: Es la fenomenología de la carne al sol, un espectáculo visual.

GWF HEGEL: La gente parece muy feliz y parece gente honesta. No me haga caso, buen Vilas, usted es un hombre joven; vaya, Vilas, no se demore por mí, vaya a bañarse y deje a este fantasma llorar en paz. Llorar ante esto. Lascia Ch´io Pianga.

VILAS: Parece usted un hombre enamorado. ¿Quiere que lloremos juntos?

GWF HEGEL: Se lo agradezco infinitamente. Sí, quiero.

martes, 2 de agosto de 2011

ME ENCANTA MI ORDENADOR.


Está vivo. Es como Herbie.