miércoles, 12 de marzo de 2008

CARTA SOBRE "ESPAÑA" DE OLGA PUEYO DOLADER

Zaragoza, 10 de marzo de 2008

Querido Manolo:

Acabo de cerrar España. No te he dicho nada hasta hoy porque no quería que la campaña electoral me influyera. Ahora que el interés por España pierde intensidad puedo hablarte de España. Hasta que la próxima convocatoria disuelva las cortes tenemos cuatro años para hablar de literatura. España se derrumba. Los del 98 la concibieron así, como una peliforra estragada sin ideales. Por eso Jaime Franco escribió Raza, para dotar de sentido su alzamiento. Dice Sanz Villanueva que Raza arremete contra el pesimismo 98ista. Yo creo, atentamente sentada en el seminario 21, que Raza fue una propuesta literaria, como la España de Vilas, y que la guerra se hizo sólo para que Dámaso pudiera sembrar de cadáveres Madrid. Y es que España es sobre todo literatura. No entiendo por qué las aulas de las facultades de Filología española se vacían. ¿Por qué hay "numerus clausus" en medicina, en matemáticas y en teología? ¿Por qué todo es inmanencia o trascendencia? A mí, como a García-Badell y a Manuel Vilas, me interesan los terrenos baldíos de España, de la literatura y de la existencia, en ese orden o viceversa, o mejor aún, en el orden filosófico de un lenguaje localizado en el tiempo. España, repensar España, contiene un 100% de sangre de toro, un caldo áspero. España es patrimonio genético pasado por el tamiz de las vanguardias, de ahí su alto grado de alcohol, no apto para paladares insulsos, agradecidos y mediocres. En España están todos los ismos que caben en la Historia de la literaturas de vanguardia de Guillermo de Torre, aunque en el año 65 todavía no se pudiera calibrar la influencia del rock y del cine en la cosmovisión del comandante Vilas. España, como seguramente pensó alguna vez Cervantes, es una herencia con la que hay que atreverse: arrinconar al toro frente al palco de los críticos literarios y escupir en la arena: "La cultura no se hereda, se conquista" -Malraux pensaba en el torero Vilas, y en el Che y hasta en el subcomandante Marcos cuando escribió estas palabras. España es literatura antropológica. Es un tratado de antropología española, hecho por un hijo de España y desde España. España es un país cainita - un tema tan viejo como el mundo al que dedicaron muchas páginas los escritores del 98 (ya lo he dicho), y que la literatura de género y el cine, el Génesis y el western, retoman centrándolo en una trama conflictiva entre ganaderos y agricultores. España es un pais difícil, donde se requiere un esfuerzo continuado de energía y de voluntad parar vivir y para morir. España tiene deficiencias, como las que afectan al piso 9º A, Portal 10, del edificio Palace Bis. Los nichos españoles están llenos de Pilot G- 2, de BIC médium, de Parker, de Staedler 0'5 mm., de lapiceros, de bolis de Ibercaja, de la CAI, de CESTE, y todo en previsión, por si uno quiere definitivamente cancelar el contrato con Endesa o con Telefónica, para renunciar al último tomo de la Enciclopedia aragonesa, o simplemente para traspasar la hipoteca. Porque en España es difícil hasta morirse -hasta ahora, que se sepa, el único que se ha muerto es Nino Bravo. Víctor Mira tuvo que irse a morir fuera para asegurarse de que así estaría bien muerto para los de aquí; los demás corremos todos el peligro de ser resucitados. Ya he dicho que España es un país cainita, aunque socialmente avanzado, de un cainismo progresista. El divorcio exprés sólo ha servido para dar carta de naturaleza a un desamor que ya venía de antiguo: el divorcio entre anarquía y poder, entre el pueblo y sus gobernantes; la falta de acoplamiento entre la Iglesia y la sociedad, entre la Universidad y las expectativas laborales; la diferencia entre el número de libros editados y el número de lectores, entre los libros más vendidos y la buena literatura; la distancia que media entre la Historia de la literatura y la literatura, entre escritores y creadores. En España, como en España, la cultura cainita está muy arraigada. Todos somos descendientes de Lamec, tataratataranieto de Caín. Presta oído a sus palabras (Génesis, 4, 24): Por un cardenal mataré a un hombre,a un joven por una cicatriz.Si la venganza de Caín valía por siete,la de Lamec valdrá por setenta y siete. Setenta y siete veces siete mujeres asesinadas por sus hombres, setenta y siete veces siete hombres asesinados por sus verdugos, setenta y siete veces siete verdugos muertos por la santa enfermedad del odio, setenta y siete veces siete conciencias aniquiladas por el tiempo. España es el estallido de los números, un Big bang donde el yo histórico de Manuel Vilas se diluye en ese tiempo circular que es pasado, presente y futuro a la vez. Vivos y muertos entrechocando a la velocidad de la luz, fragmentando la conciencia. Destellos visionarios de la realidad múltiple, multiplicación de la visión, como en las moscas, como en los embriagados de vida, como sólo el hijo poeta de Dios puede concebir España.
Un beso,
Olga Pueyo Dolader

4 comentarios:

Clifor dijo...

Magistral. Qué verbo más elegante y cuánta razón. Plas plas plas. Por España.

Doberka dijo...

Vaya! Manuel es una carta elocuente y maravillosa. Aunque no me extraña. Tu obra es genial y es lógico que, personas que entienden más que yo, lo vayan reconociendo.

Cuánto me gustaría contar con, al menos, la décima parte de la cultura de la remitente de esta carta: Olga Pueyo Dolader, para hablar con inteligencia de la literatura y tener referencias históricas como ella para comprender en mayor medida la lectura de: ”España” y demás, claro. Para no quedarme como, casi siempre, en la superficie de las cosas.

Yo en este momento sólo puedo hablar con seguridad de las sensaciones que provoca en mi todo lo que leo, incluida ” España”. Que me ha llenado de esa sensación de rebeldía, de denuncia e inconformismo, pero también esa sensación de libertad, de descaro. Siempre con tu particular ironía y humor, y sobre todo, y a pesar de todo, me abraza esa sensación inmensa de amor por la vida. Bendita borrachera universal la que provoca "España". Sólo eso puedo decir, de momento.

Muchos besos, Manuel.

Hatt dijo...

Ufff, menudo texto. Casi parece que lo que se pueda decir sobre él va a resultar trivial...

NINGUNO dijo...

Jodo, Manuel... después de lo que ha escrito Olga, todo lo que podamos decir los demás, los que hemos leido tu novela, es pura broma...
pero que sepas que te queremos!!!!!

Mariano Ibeas