jueves, 12 de julio de 2007

ACTUR

El barrio del Actur de Zaragoza necesita una catedral gótica. Necesita un restaurante como el Michaud de París. Necesita limusinas paseándose por la Avenida María Zambrano, con negros muy ricos dentro y con chóferes blancos muy mal pagados. El barrio del Actur necesita que la Avenida María Zambrano llegue hasta los galachos de Juslibol y convierta los galachos en cientos de tiendas, en cientos de restaurantes, en cientos de garitos inextricables. El barrio del Actur necesita que le cambien el nombre a las dos torres recién terminadas. No está bien que se llamen “World Trade Center”. Se podrían llamar las “Dos Arturas”, entendiendo por “arturas” una deformación lingüística de “acturas”. El barrio del Actur necesita una actuación artística inmediata, envolvente y transformadora. Necesita estatuas de Napoleón, de Bob Dylan, de Tucídides y de Mustafá Kemal Atatürk, porque el turco Atatürk fue el fundador del Actur en el año santo de 1978, cuando nos invadió con sus ejércitos de Oriente y bautizó la orilla izquierda de Zaragoza con su nombre. Porque, como todo el mundo sabe, Actur viene de Atatürk. El Actur necesita que el puente de la Almozara se convierta en una réplica teatral de los antiguos puentes del telón de acero, que separaban el Este del Oeste. El Actur necesita rascacielos. El Actur necesita una Fuente de Cibeles posmoderna y una Torre Eiffel invertida. Necesita una Biblioteca de siete mil metros cuadrados. Necesitamos teatro, poesía y vida sin fin. Queremos que experimenten con nosotros, pero no los especuladores, sino los artistas. El Actur necesita magia carnal. Y al Actur le sobra el “tur”. Debería llamarse “Ac”. Me encanta vivir en el Ac. El Ac “is my wife and is my life”. El Ac es el paraíso. El Ac está bien.
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Columna de Manuel Vilas publicada en "Heraldo de Aragón", 4-julio-2007.

1 comentario:

Fernando dijo...

Al fin salió el alcalde!