sábado, 12 de mayo de 2007

Cómo comienzan las novelas.

Aunque estoy muy cansado de viajes y lecturas por España, no me voy a ir a la cama sin decir una cosa que me ronda el pensamiento desde hace unos días: no me convence en absoluto la idea de que el comienzo de una novela tenga que ser brillante, en esa tradición de comienzos sonoros que va de Cervantes a García Márquez, etc. Me gusta muchísimo un comienzo de novela como este: HABÍA CAIDO YA LA NOCHE CUANDO K. LLEGÓ. Y punto final. No hay certezas en literatura. La tradición miente.
Una cosa más, me gustaría escribir una novela que se titulase PERTUSA.
Más cosas: ¿qué hubiera pensado Baudelaire si hubiera leído "Una temporada en el infierno" de Rimbaud?
Otra: ¿qué hubiera escrito Luis Cernuda de haber vivido ochenta y cinco años? ¿Le hubieran dado el Premio Cervantes como se lo dieron a Guillén, Alberti, Gerardo, etc?
Ya basta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Pertusa?

Anónimo dijo...

Estimado Manuel: Puede que tengas razón; sin embargo, esos comienzos que uno nunca olvida en algunas novelas tienen algo de mágico, que te atrapa y lo recuerdas el resto de tus días. Probablemente el comienzo no se deba a que es brillante o algo así, sino a que la fama de la novela lo convierte en tal. A mí, por lo menos, me llama mucho la atención cómo arranca una obra (novela, poema, cuento) y cómo termina, con qué palabras. Pero son cosas de uno, seguro. ¿Fetiches, quizás?

Saludos.

pepe montero dijo...

"Somos gente sucia. Malas palabras. Delincuentes. Mala literatura. Novelas del Oeste. Si nos ven los basureros nos meten en el camión."

CUARTO UVE.

En los comienzos hay ya un sentido iniciático de las vias de acceso a la trama. Hay que procurar que el lector haga ese primer paso sin pestañear.

Anónimo dijo...

A mi me gustan los principios en clave mudéjar.