ESTE ES EL HOMBRE Y EL POETA QUE MURIÓ EN LA CASA QUE HE PUESTO EN EL POST ANTERIOR.
Luis Cernuda, el hombre que murió en la casa de abajo.
No sé, creo que algo no cuadra. Algo va mal. No parece que esa de abajo sea su casa. O que esa casa de abajo tuviera este dueño de arriba.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
La soledad está en todo para ti,y todo para ti está en la soledad...Entre los otros y tú, entre el amor y tú, entre la vida y tú, está la soledad. (OCNOS, Luis Cernuda)
No sé yo si hay casa alguna en el mundo para este hombre. Yo siempre me lo he imaginado como el dandy de los indigentes, como en esa foto, con su pipa y su pañuelo al cuello, la chaquetilla sobre los hombros porque a la tarde refresca en el parque en el que se pasa las horas, ahí sentando, en un banco, con las piernas cruzadas, un brik de vino escondido tras la pata del banco, fumando y mirando. Y miras la explanada hacia la que él mira y cuando vuelves de nuevo la cabeza, ya no está y es de noche y te vas a casa tranquilo porque sabes que a la mañana siguiente lo verás de nuevo en algún banco del parque, mirando y fumando.
Manuel Vilas es narrador y poeta. Ha publicado los libros de poemas: "El Cielo" (DVD Ediciones, 2000), "Resurrección" (Visor, XV Premio Internacional Jaime Gil de Biedma, 2005), "Calor" (Visor, VI Premio Fray Luis de León, 2008). Como narrador es autor del libro de relatos "Zeta" (DVD, 2002),de las novelas "Magia" (DVD, 2004), "España" (DVD, 2008) y "Aire Nuestro" (Alfaguara, 2009).
2 comentarios:
La soledad está en todo para ti,y todo para ti está en la soledad...Entre los otros y tú, entre el amor y tú, entre la vida y tú, está la soledad.
(OCNOS, Luis Cernuda)
Gracias por recordarle.
No sé yo si hay casa alguna en el mundo para este hombre. Yo siempre me lo he imaginado como el dandy de los indigentes, como en esa foto, con su pipa y su pañuelo al cuello, la chaquetilla sobre los hombros porque a la tarde refresca en el parque en el que se pasa las horas, ahí sentando, en un banco, con las piernas cruzadas, un brik de vino escondido tras la pata del banco, fumando y mirando. Y miras la explanada hacia la que él mira y cuando vuelves de nuevo la cabeza, ya no está y es de noche y te vas a casa tranquilo porque sabes que a la mañana siguiente lo verás de nuevo en algún banco del parque, mirando y fumando.
Javi.
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