lunes, 19 de abril de 2010

UN ARTÍCULO EN "ABCD"




HOY FIRMA CORCUERA





Como todos los 23 de abril, como todos los días del libro, saldré a la calle armado con mi MP3, rojo, brillante, deportivo, dispuesto a darme mi primaveral Walk On The Wild Side por todas las casetas del Paseo de Independencia de Zaragoza. Este año yo mismo estaré en una caseta. Siempre que pienso en casetas de los días del libro, me acuerdo de esa escena de la película El Verdugo del gran Berlanga en que Pepe Isbert lleva a su yerno a la feria del Libro de Madrid para que el ilustre académico Corcuera le firme su ensayo titulado Garrote vil. Se ve un cartel austero donde dice “Hoy firma Corcuera”.
El día del libro es el día en que te asaltan los mil millones de best sellers. Me encantan los best sellers: el Imperio Romano, los ejércitos, la República, los cristianos, los Rolling Stones… Me encantaría escribir un Quo Vadis II, El Regreso, by Manuel Vilas. Qué bien. Y me llevarían la novela al cine. No sé en qué momento se torció mi carrera como escritor de best sellers. Me hubiera gustado escribir la segunda parte de Sinhué, el Egipcio. En una feria del libro de Guadalajara (Spain) me compré El exorcista, y sólo pude leer una página porque me mareaba, y eso que yo adoro al Padre Carras y más de una vez me he disfrazado de la niña del exorcista. Como el libro era tan barato lo tiré a una papelera. Tirar libros a la papelera es como matar civilizaciones. Como quemar dinero, que es el mayor símbolo de la Historia. No, no puedo tirar libros, estoy mintiendo. Siempre me ha resultado imposible romper un libro. Lo he intentando mil veces, pero no puedo. Prefiero romper electrodomésticos y teléfonos móviles y coches. Prefiero romperme la vida.


BESOS SOBRE LA PIEL
Mientras pasee por los soportales de Indepencia en un soleado 23 de abril, en mi MP3 solo sonará Johnny Cash, que templa mi alma. He descubierto que hay muchos escritores españoles a quienes gusta Johnny Cash; por ejemplo, a Belén Gopegui, que hace poco me dijo “Cash es muy grande”. Cash me empuja hacia un tipo de literatura. Cash te lleva directamente a Dostoievski y a Whitman. Y entonces me doy cuenta de que necesito libros que sean besos, auténticos besos sobre mi piel. Necesito libros que sean como canciones que exalten “los caballos, los ferrocarriles, la tierra, el Día del Juicio, la familia, los tiempos duros, el whisky, el cortejo, el matrimonio, el adulterio, la separación, el asesinato, la guerra, la cárcel, el vagabundeo, la maldición, el hogar, la salvación, la muerte, el orgullo, el humor, la piedad, la rebelión, el patriotismo, el latrocinio, la determinación, la tragedia, la juerga, el desamor y el amor. Y la Madre. Y Dios”. Palabras de Johnny Cash traducidas por Roger Wolfe.
El futuro del libro no es el libro electrónico sino la interactividad extrema. El lector se convertirá no en un contemplador de la literatura, sino en literatura. El futuro sólo existirá como literatura. Todo es literatura. La industria del automóvil es literatura. El alcoholismo es literatura. El origen del universo es literatura. Los tiburones son literatura. Los extraterrestres son literatura. El estrés es literatura. El amor a nuestros padres es literatura. Viajar a la luna es literatura. Si es que la vida sólo puede existir como literatura, y de momento, para nuestra tristeza, la literatura está encerrada en los libros.


LOCA TRAVESTIDA

El futuro liberará a la literatura de los libros. Irá por la calle la literatura como una loca travestida. Podrás invitarla a unas copas. Ya no será un libro la literatura, sino un cuerpo excitante, muy peligroso.
El yerno de Pepe Isbert se acerca al ilustre Corcuera. El yerno le pregunta a Corcuera si está bien eso de dedicarse a verdugo. Preguntarle a Corcuera es como preguntarle a un libro. Corcuera le dice que la ley siempre necesitará un ejecutor. La grandeza de la vida siempre necesitará un ejecutor. Qué maravillosa frase berlanguiana: “Hoy firma Corcuera”. Hay en España escritores que dedican los libros con bolis Bic y otros con bolis Pilot y otros con plumas de marca. Un Pilot no está mal. Un Bic es cutre, pero aún es más cutre que te dediquen un libro con un boli de propaganda farmacéutica. Corcuera firma su Garrote vil con una Párker, que era la pluma oficial de la literatura española de los años sesenta. ¿Qué colonia usaría Corcuera? ¿Varón Dandy? Me gustaría hacer un catálogo con las colonias y los bolis que usan los escritores españoles actuales que dedican sus obras en las casetas del día del Libro. No me parece una frivolidad, sino un documento sociológico de primera magnitud. Una buena colonia de escritor posmoderno es la japonesa Kenzo. Francisco Umbral seguro que usaba Paco Rabanne.
El futuro será paranoico, promiscuo, reparador de las injusticias del pasado y provocativo. No leerás ya más Madame Bovary, serás Madame Bovary. Serás Madame Vilas. Serás, si te apetece, tan absurdo como Hamlet. Las dimensiones humanas se ensancharán. Ya no me apetece leer a Kafka: Quiero ser Kafka veinte minutos hoy. Esa será la nueva historia de la literatura: un pack tridimensional de placer, visión y sacrilegio. Serás Kafka en el preciso momento en que escribe el comienzo de El Castillo: “Había caído la noche cuando Vilas llegó”.


ATAÚD DE MADERA SUIZA

No leer a Borges, sino ser Borges un rato en su ataúd de madera suiza, adentro de su misteriosa tumba de Ginebra, llena de nauseabunda humedad. Cuando la tecnología, que también es literatura, reordene la actual materialidad de los libros no habrá ninguna crisis cultural, sino un resplandor nuevo. La democratización final de la literatura supondrá el acceso de todo ser humano a la genialidad y al vértigo de la creación, y también a las grandes mitologías de la especie. La finalidad de la literatura es constituir un antidepresivo de capacidad desconocida. También las revoluciones fueron literatura antidepresiva. La literatura va más allá de los libros y su soporte. La literatura es panteísmo real. Del cielo no cayó Maná, sino literatura. Mientras llega el tiempo del Amor Absoluto, me consuelo con mi MP3, con un verso de un Homero del siglo XX: “los ferrocarriles, los caballos, la tierra”.


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Manuel Vilas, ABCD, 17-abril-2010.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Manuel,

tal vez no tengamos certidumbres sobre si la literatura está un paso por detrás de la vida o es aquello que pretende adelantársele.

Por lo menos, leyéndote, una recupera las energías y la fe en que todo irá.. e irá bien.


gracias,


reme

Laura Gómez Recas dijo...

:o)
¡Qué placer leerte! Se deshacen los atascos de neuronas... inevitables los lunes por la mañana.

Un abrazo,
Laura

Unknown dijo...

Jajaja, qué grande eres!

Dr.J dijo...

A most welcome return of Vilas to ABC where he published some dramatic revelations of his multi-faceted talent at the beginning of the century. In a idiosincratic joke, he plays with the character of a presumed academic with the name of a former minister of Felipe, involved in some petty corruption cases agter the state crimes of GAL. Welcome back master

Anónimo dijo...

Cuidado Manuel, bolgspot se queda los derechos de autor de todo lo que se publica ahí.
Karacharaka

Marc dijo...

Al leer el titular pensé en el infame ministro del interior. Pensé que quizás había escrito un libro de memorias titulado, por ejemplo, "dar patadas y desaparecer". En fin, qué alivio que el texto no iba sobre este nada berlanguiano Corcuera.
Abrazo

Anónimo dijo...

Como ya te dije en ABC: Literatura eres tu, Vilas. Y a ver a que hueles el Viernes en tu caseta.

Clea