Por ejemplo, te cuento una, que es una escena en la novela. Una mujer llega tarde a un restaurante con su marido y justo ve que se está desocupando un lugar para estacionar. Pero cuando se libera entra un Porsche convertible así ¡zweeeeeng - grang! y toma el lugar. Resulta que es una mujer latina. Se arma un gran despelote entre los dos, una gritando en inglés y otra en español, diciéndose barbaridades. Bueno, la americana se enfurece y empieza a gritar: "Hable en inglés, carajo. ¡Está en los Estados Unidos ahora! Y la otra responde, en un inglés acentuado: "Sí. Pero tú estás en MI-AM-I". Pero quiero decirte esto. A pesar de todo lo que puedan decir sobre los Estados Unidos, este sigue siendo el único lugar en el mundo al que pueden llegar personas de otro país, que hablan otro idioma, que tienen otra cultura, y que hasta parecen drásticamente diferentes, y aun así pueden lograr tomar control de una metrópolis en poco más de una generación. Es lo que hicieron los cubanos en Miami.
domingo, 4 de abril de 2010
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2 comentarios:
Totalmente de acuerdo.
Hoy te cita, mejor dicho, hace referencia a AENE Juan Cruz en su columna de El País... me imagino que ya lo habrás leído.
Un abrazo
Mariano Ibeas
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