Acabo de leer “Nocilla Lab” (Alfaguara, 2009) de Agustín Fernández Mallo, novela que constituye la última entrega de la trilogía Nocilla. Esta novela me ha parecido una obra maestra. Es una novela que está fuera de las coordenadas habituales del género, podríamos decir que es una novela fuera de la ley. Me gusta decir eso de Nocilla Lab: una novela fuera de la ley. También he pensado que esta novela es como el “Pedro Páramo” del siglo XXI. Nocilla Lab es una búsqueda de la verdad y de la belleza desde lugares nuevos. Los lugares nuevos desde los que está escrita esta novela son apasionantes y a veces terribles. Todo en esta novela me ha resultado apasionante. Sus espacios son de una delicadeza atroz. Es una novela delicada, y deslumbrante. En 180 páginas Mallo construye el Aleph de este tiempo, de este 2009. Es una novela global. La pueden entender en Asia, en Dinamarca o en Nairobi. Está en consonancia con este momento de la historia. Pero por encima de todo, es una novela extremadamente bella. Es lo que más me perturba de este libro: su maravillosa belleza. He sentido una envidia tremenda al leer esta novela. Cómo me gustaría escribir algo así. Desde la primera línea de la novela a la última imagen del cómic final estuve embargado por una felicidad de formas y dimensiones extraordinarias. Nuevas dimensiones. Otro país. Otras palabras. Y Fernández Mallo ya se ha metido dentro de la novela. Yo pensaba que acabaría metiéndose en su propio mundo, y en Nocilla Lab se mete, abre el salón de su cabeza. Es un libro muy sincero. Muy humano. Cierra la trilogía de una forma prodigiosa, apelando al corazón, incluso a la bondad final. Yo creo que esta novela le hubiera gustado muchísimo a Kafka y a Borges. Repito: me parece una obra maestra, escrita en estado de gracia.
sábado, 10 de octubre de 2009
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12 comentarios:
¿Estos impresionantes comentarios tienen algo que ver con la foto de un par de post más abajo, y con que se publique en la misma editorial? ¿Quicir, cuando decimos obra maestra, Aleph del siglo XXI, es algo nítidamente objetivo por parte de quien lo dice, o influyen también factores como la amistad o la afinidad editorial? Porque si no es así me la compro ya pispo.
Me interesó Nocilla Experience y me parece interesante el movimiento postpoético. Esta obra puede ser la culminación del movimiento, y por lo que apuntas así lo parece. Estaremos atentos.
Vaya,Manuel,qué fastidio porque no tenía ningún convencimiento de que la experiencia nocilla me fuera a gustar,ahora y después de estos elogios,me veo obligada a tragármela por el simple hecho de haber leído esta entrada,maldita la gracia que me trajo aquí,jajaja.
Un abrazo!
Acampo en este blog y me quedo estupefacto. Ante los juicios de su autor y ante la sucesión de comentarios que los apoyan. ¿De qué trata Nocilla Lab? ¿Cuál es el argumento? ¿De qué incertidumbres de nuestra época nos habla? ¿No es demasiado calificarla como obra maestra o "Pedro Páramo" del siglo XXI? ¿Cuál es el lugar desde el que el narrador se dirige al lector? Mucho me temo que ninguna de estas preguntas tenga respuesta. ¿Es que "El guardián entre el centeno", o "Santuario",o "El castillo", o "La peste" no se pueden entender en Asia, o en Dinamarca, o en Nairobi? En fin, amigo Vilas, mucho me temo que sea otro ejercicio/juego que encubra, como en los anteriores textos de Mallo, la impotencia para construir una novela que se precie de tal. Las novelas no novelas o las "novelas fuera de la ley" suelen ser otra cosa. Agregado de fragmentos, a veces de imágenes y de otras materias, poesía en prosa, pero ... ¿novela? Cortázar, Pynchon, Joyce, tantos otros, ya desestructuraron la novela convencional. Con resultados desiguales, por cierto.
Y, claro, si acabas comparándola con Kafka o Borges, mucho me temo que entremos en el territorio del surrealismo.
Saludos.
Disculpa, Mario: pero como aterrices, de igual manera que lo has hecho aquí: contra el autor del blog, su noble opinión, y a sus comentaristas, creo que el estrellarte será sólo cuestión de tiempo, porque los lectores tanto de Manuel Vilas, como de Agustín Fernandez Mallo, ya están de vuelta de todas esas cuestiones que planteas y nos dedicamos a disfrutar de su lectura sanamente.
Disculpa mi intervención, Manuel, en ella no hay ánimo de ofender a nadie.
Besos,
Loli
Señor Vilas, yo que usted no sentiría ninguna envidia por esta nocilla, cuya tercera parte confieso no haber leído todavía, pero que no me parece ni a la altura de sus elogios ni, por supuesto, a la altura del revuelo mediático y crítico que ha levantado. Personalmente la literatura de Fernández Mallo me deja frío como un pescado, y he encontrado mucho más arte, he entrevisto mucho más futuro, en su propia literatura, en la de usted, en muchos pasajes de "España", por ejemplo, que en toda la nocilla.
En fin, que la envidia, incluso la sana envidia, es libre, y si usted envidia a Fernández Mallo yo le envidio a usted.
Saludos
No he aterrizado contra el autor del blog. He discrepado de la valoración que hace de lo nuevo de Mallo. Y he dejado en el aire varias preguntas, decisivas para mí de cara a buscar el libro y teniendo en cuenta que lo ha leído. Sobre todo, ¿de qué trata esa novela "contra la ley"? Y añado otras: ¿qué verdad busca? ¿qué belleza?
Como lector estoy bastante mosqueado con "productos" que bajo el sello de la innovación y de la ruptura con las tradiciones encubren falta de capacidad para narrar. Nada más. Y sigo preguntando: ¿en qué consiste la novela global? ¿no es global Manhattan transfer por ejemplo, escrita en los años 30 del siglo XX?
Nada más. Saludos al dueño del blog y a sus seguidores.
Es curioso cómo el hecho de que un comentarista sin perfil disponible entre aquí a desvelar la duda sobre Noc.Exp. dé para este cometario.Bien Manuel,ya te comenté que no estaba muy segura sobre ello,por varios motivos que nada es en vano,el primero es el periódico para el que trabaja,sí,ese de los intelectuales,demasiado político,y qué no lo es?y tendrás razón en pensarlo pero tengo mis buenas razones para desconfiar del tal País.Segundo mi aversión a la física,sí,no puedo evitarlo y me vas a perdonar pero la física me aburre sobremanera y si a eso añades mi incapacidad para entenderla o al revés seguramente,es mi incapacidad para entenderla lo que me ha llevado a lo segundo,en fin,eso no tiene remedio me temo.Y tercero,debes de saber a estas alturas que mis referentes en lecturas son:los míos propios(descubrí a Manuel Vilas)y los de Sergi Bellver,Sergi no creo recordar que alabara demasiado la Noc.Exp.aunque tampoco decía nada negativo sobre ella,en realidad no decía gran cosa,de ahí mi escepticismo.Pero te aseguro que no hay nada tan acusado en mí,virtud por supuesto,que el sentido de la justicia,por eso prometo coger el libro y ojearlo,si lo que lea me convence no se hable más,comprendes?
Besos.
Amaia, ¿no sabe Vd. que tras los puntos y las comas se pone UN ESPACIO? Se lo digo por su propio bien, sus comentarios pierden fuerza así escritos. saludos
Saludos, Mario: siento mucho mi intromisión en tu comentario y espero no haberte ofendido con mi pasión literaria por ambos autores. Creo que las respuestas a tus preguntas, y muchas más, las obtendremos después de leer “Nocilla Lab” y sacar nuestras propias conclusiones, aunque algunas de esas dudas y certezas sólo el tiempo se encargará de responder. Lo importante, ahora, es que haya escritores que se arriesguen a mostrarnos otras formas de crear literatura.
Démosles un respiro en mitad de la selva, un poco de oxígeno en el desierto, un voto de confianza para los nuevos exploradores literarios, Mario.
Besos,
Doberka
P.D. vuelvo a mi rincón, Manuel.
Su tabaco, gracias.
Tengo un ejemplar de Nocilla Lab en mi poder. Hay fotos, y viñetas al final. Y mucha letra Courier. Tiene una pinta cojonuda. Espero que no defraude!!
Querido Mario:
Todavía no me he comprado Nocilla Lab pero como no podía aguantar hasta que saliese, me he empapuzado Creta Lateral Travelling y Carne de Píxel.
Me da igual lo que se defina o no como "novela". "Novela" no es una categoría como pueda serlo el "ser", como pueda serlo el "bien". Novela es una palabra que nos ha servido para referirnos convencionalmente a algo que a través del tiempo ha ido modificándose. Si el marketing o el genio de AFM, o lo que sea, convence a la mayoría de los hablantes, la convención quedará modificada. No soy un relativista pero elijo mucho qué cosas elevo a absoluto.
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