La aparición del blog “las afinidades electivas” ha tenido su trascendencia sociológica, quizá callada porque en el fondo es un blog poco ejemplarizante, aunque muy interesante e incluso útil. Ese blog, como sabe casi todo el mundo, incluye a poetas actuales que citan a otros poetas, y los citados son llamados por el administrador del blog para que a su vez citen a otros. Además, se incluye foto, poética y poemas de los poetas convocados. Sospecho que los poemas no tendrán muchos lectores, pero en cambio estoy convencido de que las listas de poetas que se citan tienen muchos fieles.
El fenómeno de este blog permite ver la vitalidad del género, la vitalidad de la poesía, en la medida de que en ese blog debe de haber ya más de cien poetas en el listado, no me he molestado en contarlos, tal vez sean ya doscientos. Permite intuir también que en la poesía española hay un discurso “oficial” y otro “subterráneo” y este último se ha alojado, como no podía ser de otra forma, en Internet. El discurso oficial o institucional es de sobras conocido, porque es el defendido por la crítica, por los periodistas, por los editores, por los profesores, por los premios importantes, por todo el ramo profesional del ejercicio de la poesía “de pestigio” en España. Lo que este blog alimenta es una especie de democratización general del gusto literario. Esto tiene su parte buena y su parte mala. Es un blog “asambleario” frente a la realidad “aristocratizante” de la organización social de la poesía española culta y de prestigio. Este “asamblearismo democratizante” lo ha permitido Internet, claro, en una de sus piruetas tecno-políticas. Porque este blog tiene a mi juicio más calado político que literario.
Hay una parte de carácter poco confesable, pero muy practicada: observar cómo los poetas cumplen la normativa de que “si me citas, te cito”, o cómo las nóminas de los poetas citados obedecen a criterios de amistad, lo cual no es reprochable en absoluto, sólo es señalable. Y permite el espionaje emocional: saber quién es amigo de Fulanito, quién de Futanito, etc.
Este blog, como he dicho, tiene más cosas positivas que negativas. Ha sido un fenómeno sociológico importante, pero no publicitado en la medida en que tiene una parte sediciosa y descontrolada que atenta contra la calidad de la literatura, o sustituye la calidad por la cantidad de votos. En general, creo que este blog le ha venido bien a la poesía, cualquier actividad de carácter mediático o tecnológico le suele venir bien a la poesía. Otro extremo importante son las fotos de los poetas encuestados: la foto ha permitido un conocimiento personal de poetas a quienes habíamos leído muy poco, o cuyos nombres sólo nos sonaban vagamente. También hemos visto fotos de poetas de quienes jamás habíamos oído hablar: debo confesar que yo he mirado esas fotos con curiosidad de entomólogo social.
Muchos no lo confesarán, quizá porque es inconfesable, pero estoy seguro de que este blog de “las afinidades electivas” tiene unos doscientos o trescientos seguidores fieles en España. O tal vez más.
Una reflexión final: si todos los poetas que aparecen en el blog compraran libros de poesía (y estoy seguro de que unos cuantos sí lo hacen), la poesía dejaría las catacumbas editoriales, las célebres catacumbas pronosticadas por el gran Octavio Paz a principios de los años ochenta.